El jamón ibérico es un alimento que se muestra como la principal joya a nivel gastronómico de nuestro país. Es tan rico y delicioso que incluso podemos seguir aprovechándolo una vez lo hayamos terminado, utilizando los huesos para llevar a cabo diferentes recetas y sacarle el máximo partido, enriqueciendo una serie de platos con el mejor sabor del jamón.
Si realmente eres un auténtico amante del jamón, te recomendamos que una vez terminado no tires el hueso, ya que te ofrecerá la oportunidad de completar algunos de tus platos favoritos de la mejor manera, potenciándolos con el delicioso aroma y sabor que nos ofrece el hueso del jamón.
Vamos a darte una serie de ideas para que puedas utilizar el hueso en diferentes recetas realmente deliciosas con las que darás una auténtica alegría a tu paladar y podrás aprovechar tu jamón al máximo. Podrás utilizar el hueso de todo tipo de jamones: ibéricos, jamones serranos, jamones de pata negra, etc. Presta atención, toma nota y sácale el máximo partido a tu jamón.
Antes de nada, ¿cómo manipular el hueso de tu jamón?
Ya te hemos dicho que una vez hayas finalizado el jamón, no tires el hueso ya que lo puedes aprovechar de diferentes maneras. Pero, ¿cómo debemos tratar el jamón para que podamos trabajar y preparar platos con él?
Desde jamonalcorte.net te recomendamos que lo cortes en trozos, siempre que dispongas de las herramientas necesarias. De lo contrario, siempre puedes llevarlo a tu carnicero de confianza para que te lo corte directamente.
Una vez dispongas del hueso del jamón troceado, puedes utilizarlos para tus platos, o si lo prefieres, puedes guardarlos en el congelador sin ningún problema para aprovecharlos más adelante. Eso sí, si los vas a congelar deberás cubrir los trozos de hueso con un papel de film o con una bolsa de congelación al vacío, para que así no queden resecos una vez descongelados.
Recetas deliciosas en las que podrás utilizar el hueso de tu jamón
Ahora vamos con lo realmente interesante; esas recetas deliciosas en las que podrás utilizar y sacarle el máximo partido al hueso de tu jamón. ¡Están para chuparse los dedos!
Caldo concentrado de jamón serrano
Uno de los principales usos que le damos al hueso del jamón es para realizar caldos concentrados. Está delicioso, ya que disfrutas de un caldo con un ligero toque a jamón que se encargará de poner la guinda final. Además no supone demasiado trabajo, por lo que podrás hacerlo aun sin disponer de amplios conocimientos en el mundo de la cocina.
Necesitarás:
· 3 huesos de jamón, a poder ser ibérico.
· 2,5 litros de agua.
Pasos para la elaboración:
1.Blanquear los huesos: si ya tienes el hueso cortado, deberás blanquear los huesos al menos un par de veces. Para ello deberás dejarlos a remojo en agua muy caliente durante un tiempo hasta que entre en ebullición, y notes como poco a poco va soltando todas las impurezas que pueden perjudicar y dañar el sabor. Repite este proceso al menos una o dos veces más.
2.Cocer los huesos: lo siguiente será poner a cocer los trozos de huesos durante unas dos horas aproximadamente. Mete 2,5 litros de agua en una olla, y ve retirando la grasa que poco a poco vaya soltando los huesos.
3.Colar el caldo: el siguiente paso será colar el caldo para garantizar que todas las posibles impurezas que hayan permanecido se queden fuera. Después ya podrás consumirlo directamente o guardarlo en el congelador.
Croquetas de jamón caseras
Si eres amante de las croquetas, con el hueso del jamón podrás hacer unas croquetas de jamón caseras realmente deliciosas. Para ello tendrás que aprovechar el caldo que hemos preparado, que aportará un potente sabor a jamón realmente espectacular.
Necesitarás:
· 1 cebolla picada
· 450 ml de caldo de jamón
· 200 gr de jamón ibérico
· 150 gr de mantequilla
· 150 gr de harina
· 600 ml de leche
· 20 gr de nuez moscada
· Harina, huevos y pan rallado
· Aceite para freír
Pasos para la elaboración:
1.Sofreír con la mantequilla: deberás sofreír la cebolla y el jamón con un poco de mantequilla, y posteriormente añadir harina y dejar sofriendo un poco más. Según veas que poco a poco se va calentando, ve añadiendo el caldo de concentrado de jamón y la leche para que se vaya integrando.
2.Cocer la masa: tendrás que cocer la masa de las croquetas durante 10 minutos aproximadamente, con un fuego a temperatura media – baja mientras remueves. A mitad del proceso añade un ligero toque de nuez moscada.
3.Vierte la mezcla en un recipiente: una vez hayas terminado, vierte la mezcla en un recipiente y tápalo con papel de film transparente. Guarda la mezcla en la nevera hasta el día siguiente.
4.Da forma a las croquetas: después de dejar las croquetas a reposo en la nevera, llega la hora de darle forma. Para ello lo más recomendable es utilizar una mana pastelera o una bolsa de plástico especial. Ve realizando tiras alargadas del grosor de las croquetas aproximadamente, sobre una superficie con harina. Después las cortarás y tendrás que rebozarlas con una mezcla de huevo y pan rallado.
5.Freír las croquetas: ya con las croquetas formadas y rebozadas, tendrás que freírlas, y para ello tendrás que utilizar suficiente aceite como para cubrirlas en su totalidad. Asegúrate de que el aceite esté muy muy caliente, ya que de lo contrario podrán romperse y no salir con el aspecto deseado.
Caldo de jamón y verduras para hacer sopa
Un caldo de jamón y verduras es fantástico para hacer sopa, y en cuanto lo pruebes entenderás por qué. Para ello puedes aprovechar todavía los mismos huesos que utilizaste para hacer el caldo concentrado, ya que todavía continúan teniendo sabor.
Necesitarás:
· 3 huesos de jamón, a poder ser ibérico
· 2,5 litros de agua
· 2-3 patatas grandes
· 3-4 zanahorias
· 1-2 cebolletas
· Sal
· Fideos y huevo duro
Pasos para la elaboración:
1.Poner el agua, los huesos y las verduras a hervir: lo primero será introducir en una olla los 2,5 litros de agua, los huesos del jamón y las verduras hasta que lleguen a hervir. Después bajamos el fuego y dejamos cocinando durante una hora aproximadamente, y para ello tendremos que ir quitando la espuma y la grasa que vaya apareciendo.
2.Colar el caldo y reservar las patatas y zanahorias: colamos el caldo y posteriormente aplicamos la sal necesaria hasta que esté a nuestro gusto. Después habrá que decidir entre hacer una sopa o congelarlo para utilizarlo más adelante.
3.Hacer la sopa: si decides hacer sopa, solo tendrás que prepararla añadiendo fideos o cualquier otro tipo de pasta, acompañándola de huevo duro. ¡Estará deliciosa!